sábado, 4 de enero de 2014

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Voy a compartirte esto que me narro mi maestra Yogui cuando veíamos el tema del pasado y el enganche emocional, es una historia que me gusta y en cada cosa que la aplico le encuentro significados diferentes:

Dos monjes caminaban una tarde a través del bosque, camino a un monasterio cercano. Cuando se acercaban a un rápido y caudaloso arroyo, vieron a una joven llorando desconsoladamente en un banco cubierto de hierba.

"Iba a cruzar el arroyo", dijo ella.

"Cuando el puente se rompió. No sé nadar y ahora no puedo ir a mi casa con mis hijos. ¿Qué voy a hacer?.

Sintiendo pena por ella, el monje más viejo se ofreció a ayudarla a cruzar el arroyo. El otro monje lo miró asombrado porque las reglas de su orden les prohibían el contacto físico con mujeres. La mujer, sin embargo, aceptó feliz la oferta, así que él la cogió y atravesó cuidadosamente el arroyo. Cuando la dejó en la orilla, ella le dio las gracias y se adentró en el bosque hacia su casa y sus hijos.

Los monjes continuaron el viaje, pero el más joven no podía dejar de pensar en las acciones de monje mayor. Cuando más pensaba en ello más se enfadaba. A cada paso que daba, más se enfurecía. Finalmente, después de algunas leguas, no pudo soportarlo más.

"Hermano", le dijo.

"Has desobedecido tus votos. Eres una desgracia para nuestra orden. Dios seguramente te castigará"

Siguió de esta manera unos minutos hasta el final, cuando se le acabaron las acusaciones, le preguntó si entendía lo seriamente que había errado al acarrear a la mujer a través del arroyo.

"Hermano", respondió tranquilamente el viejo.

"Yo dejé a la mujer hace dos horas, tú todavía la estás acarreando"

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